dilluns, 14 de setembre del 2009

EL TASTET. EL CAMPO DE BATALLA. ÁNGEL GONZÁLEZ

Remenant papers (virtuals) he trobat un poema que desconeixia però que m'ha deixat la pell de gallina. És difícil dir de manera tan sintètica i tan lírica tot el que s'hi diu. Una reflexió àcida i lúcida al voltant de la guerra, concretament de la guerra civil. Per això el vull compartir amb vosaltres.

Hoy voy a describir el campo
de batalla
tal como yo lo vi, una vez decidida
la suerte de los hombres que lucharon
muchos hasta morir,
otros
hasta seguir viviendo todavía.

No hubo elección:
murió quien pudo,
quien no pudo morir continuó andando,
era verano, invierno, todo un año
o más quizá, era la vida
entera
aquel enorme día de combate.

Por el Oeste el viento traía sangre,
por el Este la tierra era ceniza,
el Norte entero estaba
bloqueado
por alambradas secas y por gritos,
y únicamente el Sur,
tan sólo
el Sur,
se ofrecía ancho y libre a nuestros ojos.

Pero el Sur no existía:
ni agua, ni luz, ni sombra, ni ceniza
llenaban su oquedad, su hondo vacío:
el Sur era un inmenso precipicio,
un abismo sin fin de donde,
lentos,
los poderosos buitres ascendían.

Nadie escuchó la voz del capitán
porque tampoco el capitán hablaba.
Nadie enterró a los muertos.
Nadie dijo:
"dale a mi novia esto si la encuentras
un día"

Tan sólo alguien remató a un caballo
que, con el vientre abierto,
agonizante,
llenaba con su espanto el aire en sombra:
el aire que la noche amenazaba.

Quietos, pegados a la dura
tierra,
cogidos entre el pánico y la nada,
los hombres esperaban el momento
último,
sin oponerse ya,
sin rebeldía.


Algunos se murieron,
como dije,
y ,los demás, tendidos, derribados,
pegados a la tierra en paz al fin,
esperan
ya no sé qué
-quizá que alguien les diga:
"amigos, podéis iros, el combate..."
Entre tanto,
es verano otra vez,
y crece el trigo
en el que fue ancho campo de batalla.

1 comentari:

en veu baixa ha dit...

És molt bo. Realment t'eriça la pell d'emoció. L'Ángel González té versos increïbles que parlen de la guerra i la postguerra, sempre és un plaer tornar a llegir-lo.